viernes, 7 de agosto de 2009

AMOR

Pareciera que todo lo que hacemos está limitado al sexo. Se pretende instalar desde los lugares mediáticos esta cultura del placer como algo excluyente para tener éxito en nuestras relaciones de parejas.
Si fuera así la vida sería muy sencilla.
Buena cocinera versus Mala cocinera.
No habría más controversia que degustar el plato con ganas o sin ellas, da igual.
La vida muchachas, es algo más que sexo.
Más amplio y trabajoso que pensar en el cómo hacer del encuentro amoroso un momento de placer.
Tiene que ver esencialmente en cómo ser felices con la persona adecuada.
Requiere perseverancia y esfuerzo.
Sucede que el amor no se compra en las góndolas del supermercado.
Para encontrarlo o conocerlo hay que estar muy atentos.
Debemos buscar en los recónditos lugares de nuestro corazón donde hay una llavecita que nos indica y hasta nos murmura la pista del camino secreto.
Una vez orientados hay que conservar la suficiente armonía que nos permita mantener un oído fino y entrenado.
Como el amor es enemigo del odio, una actitud positiva y abierta nos ubicará en el estado receptivo necesario y por último aprender a mirar. Las personas no son lo que parecen y es clave de un éxito seguro apreciar a los seres en su profundidad.
Tres pasos sencillos que piden esmero.
Tres actitudes elementales que exigen paciencia.
Tres miradas etéreas que requieren vuelo.
El resultado: INDESCRIPTIBLE